El 29 de octubre es el Día Mundial del Ictus. Es una fecha señalada para concienciar a la sociedad de la importancia de este problema. De hecho, los síntomas del ictus, igual que la cantidad de casos que se sufren anualmente, son bastantes desconocidos entre la mayoría de personas. La información sobre ello puede ayudar a prevenirlo y a actuar rápidamente ante cualquier desarrollo.
Por ejemplo, quizás te sorprenda saber que el ictus es en España la primera causa de muerte en mujeres y la segunda en hombres. Tal es la relevancia de este problema, cuyos casos curiosamente van en aumento.
En los últimos años, se ha producido un incremento de casos de ictus del 25% en pacientes desde los 20 años hasta los 65. Y un aumento del 5% en personas mayores de 65.
Incluso si no hablamos de mortalidad, tras un ictus la persona puede sufrir una drástica reducción de su calidad de vida. Si tenemos en cuenta que afecta a unos 120.000 pacientes al año solamente en España, queda claro que informarse y prevenir es lo más aconsejable.
¿Qué es un ictus?
Antes de hablar de los síntomas de un ictus es importante entender qué proceso provoca en el organismo y qué le define.
Cuando hablamos de ictus hacemos referencia a que una zona del cerebro se ve afectada por una falta de riego sanguíneo o por una rotura de arteria, que ha provocado que la sangre salga en un territorio que daña.
De forma resumida podemos hacer una doble clasificación de ictus:
- Ictus isquémico: es un coágulo que obstruye una arteria y deja una zona del cerebro sin nutrición ni oxígeno y, por tanto, esa área en poco tiempo acaba degradándose.
- Ictus hemorrágico: es una rotura de una arteria que libera la sangre. Hay que tener en cuenta que la sangre está contenida dentro de las arterias porque lleva componentes tóxicos, por lo que cuando toca la neurona lo que produce es que la quema.
Por tanto, ya sea isquémico o hemorrágico, en ambos casos se produce un daño en un grupo neuronal. A eso es a lo que hacemos referencia como ictus.
Síntomas del ictus más frecuentes
A la hora de reconocer los síntomas de un ictus, tenemos que fijarnos en que se produce una secuencia clara y breve:
- Alteración en el lenguaje.
- Alteración en el habla.
- Pérdida de fuerza.
- Pérdida de sensibilidad o alteración del equilibrio.
- Alteración en la visión.
La alteración en el lenguaje se produce cuando una persona no es capaz de emitir una palabra a pesar de que la piense. Otro síntoma que puede presentarse es que no sea capaz de comprender las palabras cuando las pronuncia correctamente.
Respecto a la alteración en el habla, se produce cuando se intenta decir algo y las palabras no salen correctas.
La pérdida de fuerza en el caso de un ictus afecta de manera asimétrica. Aparece de forma brusca y se duerme un brazo, una pierna o la mitad del cuerpo o incluso un brazo y la mitad de la cara.
El síntoma relacionado con el equilibrio es más difícil de identificar, dado que una pérdida de equilibrio brusca puede ser un vértigo, pero también puede ser un ictus.
Por último, respecto a la pérdida de visión, podemos sufrir la pérdida de la mitad de un campo visual, es decir, no ver hacia la derecha, no ver hacia la izquierda o, incluso, no ver en un ojo un defecto altitudinal.
Factores de riesgo de un ictus
El ictus guarda similitudes con las enfermedades cardiovasculares en relación a los factores de riesgo que aumentan la probabilidad de su desarrollo.
Tradicionalmente los factores más extendidos son los siguientes:
- Colesterol alto.
- Consumo de alcohol.
- Consumo de drogas.
- Hipertensión.
- Obesidad.
- Sedentarismo.
- Tabaquismo.
En los últimos años se ha añadido un factor de riesgo adicional que, de hecho, puede ser causante de una gran mayoría de síntomas del ictus.
Estamos hablando del estrés en nuestro ritmo de vida diario, sobre todo relacionado con el trabajo y por responsabilidades asociadas.
Como es habitual, los factores de riesgo son más peligrosos de forma combinada. Por tanto, si identificas uno o varios de ellos en tu rutina diaria, es importante adoptar un cambio de estilo de vida cuanto antes.
Consejos preventivos frente al ictus
Por lo general, llevar una vida saludable puede ayudar en gran medida a prevenir cualquiera de los síntomas del ictus.
De una forma más concreta, los mejores consejos de prevención que pueden serte de ayuda son los siguientes:
- Acoge una dieta que sea sana y equilibrada acorde a tus necesidades nutricionales.
- Intenta controlar tu peso, sobre todo en relación al índice de masa muscular (IMC) y a la acumulación de grasa.
- Incluye ejercicio regular en tu rutina, no hace falta que sea muy intenso, el mero hecho de pasear ya puede ser suficiente.
- Procura aprovechar un descanso apropiado de, por lo menos, 8 horas diarias de sueño.
- Hazte revisiones relacionadas con tu tensión arterial, niveles de colesterol y valores similares.
- Si fumas y/o bebes, intenta reducir hasta eliminar estos malos hábitos.
- Tómate las cosas con calma, es decir, intenta quitar de tu vida todo lo que suponga un motivo de estrés.
- Sigue informándote sobre el ictus, sobre sus síntomas, efectos y, sobre todo, cómo actuar rápidamente para reducir los riesgos asociados a este fenómeno.
Si notas los síntomas del ictus en otra persona, tienes la responsabilidad de actuar con rapidez, para reducir posibles efectos secundarios o incluso para salvarle la vida.
Ante cualquiera de estos síntomas, avisa de inmediato a los servicios de emergencia para que acudan a vuestra ubicación y puedan ofrecer a la otra persona la ayuda que necesita.
Por descontado, no hay que esperar a que se presenten estos síntomas e incluso con una vida más o menos saludable es recomendable tener la supervisión de profesionales. Solicita análisis clínicos y de especialistas en HCB Hospitales, para tener también vigilada la probabilidad de sufrir un ictus e intentar reducirla todo lo posible.