Las enfermedades reumáticas abarcan un gran número de trastornos médicos del aparato locomotor y del tejido conectivo. El médico que atiende la especialidad es el Reumatólogo, que trata, sobre todo, las patologías relacionadas con el conjunto de huesos, músculos y articulaciones, así como enfermedades metabólicas que afectan a los huesos, como la osteoporosis.
La artritis, que implica inflamación real de las articulaciones y por tanto dolor e hinchazón de las mismas, es una manifestación de las enfermedades reumáticas más complejas, habitualmente de índole autoinmune, como el lupus sistémico o la artritis reumatoide, aunque puede aparecer en enfermedades metabólicas como la gota. En la actualidad se han definido cerca de 100 enfermedades que cursan con artritis.
Tal vez por esta complejidad o por su relación directa con las articulaciones, la población tiende a confundir esta patología, la artritis, que implica siempre inflamación, con otra enfermedad reumática muy frecuente, la artrosis, que es una enfermedad crónica que también afecta a las articulaciones, pero de índole degenerativo y en muchas ocasiones relacionado con la edad.
Según la Sociedad Española de Reumatología (SER), la artrosis es la enfermedad de las articulaciones que más afecta a los españoles. Además, son las mujeres quienes más sufren esta enfermedad reumática.
Síntomas y causas de la artritis
La artritis es un signo de inflamación, cuya presencia dirige al médico hacia un grupo de enfermedades muy concretas de diversa índole, que son las enfermedades inflamatorias.
Un grupo importante de ellas son las enfermedades autoinmunes o sistémicas, que se caracterizan por predominar en la mujer (con frecuencia aparecen entre la tercera y cuarta década de la vida) y pueden afectar a órganos internos y provocar manifestaciones según el órgano afectado. Aunque, en general, ha habido grandes avances en el conocimiento de estas enfermedades y en su tratamiento, especialmente con los nuevos fármacos biológicos.
Otro grupo es el de las artritis por depósito, como la gota, que se caracteriza por el depósito en las articulaciones de urato monosódico o ácido úrico.
La artritis puede afectar a personas de cualquier edad, incluso a niños (artritis juvenil). Sus síntomas incluyen:
- Dolor continuo, incluso en reposo
- Rigidez articular de predominio matutino prolongada (más de 1 hora)
- Posible hinchazón, con derrame sinovial inflamatorio
- Dificultades para mover alguna articulación
- Otros síntomas que varían según los distintos tipos de artritis, que pueden aparecer en la piel o en órganos.
Entre sus causas o factores de riesgo, son importantes los factores hereditarios/genéticos y los defectos en el sistema inmunológico. Pero hay factores negativos que los pacientes deben evitar:
- El sobrepeso, puesto que la grasa puede ser un factor pro-inflamatorio y alterar el funcionamiento de fármacos eficaces.
- Tabaco. Se ha demostrado que influye negativamente en la aparición de algunas de estas enfermedades, como el lupus sistémico y la artritis reumatoide y además afecta a la eficacia de los tratamientos.
Por otro lado, se aconseja realizar ejercicio adecuado, inicialmente supervisado, para evitar la rigidez articular y la debilidad muscular.
Síntomas y causas de la artrosis
La artrosis, a diferencia de la artritis, es una enfermedad degenerativa, normalmente relacionada con el desgaste y/o envejecimiento de las articulaciones. El deterioro del cartílago articular provoca que los huesos se vayan desgastando y aparezca dolor y deformaciones.
Sus síntomas son muy diversos y evolucionan en el tiempo progresivamente:
- Dolor articular relacionado con los movimientos.
- Limitación de movimientos.
- Crujidos.
- Rigidez matutina (menor de 1 hora).
- Ocasionalmente, derrame articular, mecánico o no inflamatorio.
- Posibles deformidades en las articulaciones, algunas características como las localizadas en la articulación distal de los dedos.
En este caso el conocimiento de algunos de los factores de riesgo de la enfermedad puede ayudar a su prevención o atenuar los síntomas:
- La edad.
- El sexo (la artrosis afecta más a las mujeres)
- Genética.
- Según la actividad laboral (por la necesidad de realizar movimientos muy repetitivos durante mucho tiempo o la sobrecarga mantenida).
- El deporte de élite.
- Obesidad (puede agravar la enfermedad, sobre todo de rodilla)
- Las fracturas y lesiones.
En resumen, las principales diferencias entre artritis y artrosis residen en: la naturaleza de las patologías, la artritis es una enfermedad inflamatoria y la artrosis degenerativa. En el caso de la artrosis, algunos de sus factores de riesgo se pueden prevenir; predomina en rodillas, manos, cadera y columna; pero en ambos casos, en los últimos años ha habido avances en sus tratamientos, que están mejorando la calidad de vida de estos pacientes.
Por todo ello, es aconsejable la visita al Reumatólogo, para un diagnóstico precoz que ponga en marcha el mejor tratamiento disponible lo antes posible, para intentar detener la evolución de estas enfermedades.