La operación de reducción de pecho, o mamoplastia de reducción, es una operación bastante común en personas con un gran tamaño de pecho, especialmente cuando este tamaño les impide llevar una vida normal, llegando a afectar a su salud.
Además de los problemas relacionados con la espalda, muchas personas no terminan de sentirse cómodas con el aspecto que estas generan a nivel estético, por lo que este proceso quirúrgico no solo implica ventajas a nivel físico, sino también de autoestima.
Como ocurre con cualquier procedimiento quirúrgico o estético, lo ideal antes de llevarlo a cabo es informarse tanto sobre el procedimiento como sobre las implicaciones del mismo y contar siempre con la valoración de un profesional.
Motivos para realizar una operación de reducción de pecho
Existen muchos motivos para realizar una operación de reducción de pecho, siendo este procedimiento uno de los tipos de operación de pecho más comunes debido a los problemas a nivel de salud relacionados con un tamaño elevado de los senos. Además del citado dolor de espalda, de cuello y hombros, también encontramos:
- Irritación cutánea crónica bajo las mamas.
- Neuralgia, o dolor agudo en el pecho debido a la irritación o daño de los nervios de la zona.
- Incapacidad para realizar ciertas actividades y molestias al practicar determinados deportes.
El procedimiento es sencillo y no existe una edad especialmente ideal para llevarla a cabo. Es factible realizar el procedimiento incluso durante la adolescencia, aunque en el caso de que el pecho no haya terminado de desarrollarse totalmente, puede ser necesario realizar una segunda operación, por lo que lo recomendable es llevarlo a cabo tras este periodo.
Algunas consideraciones antes de operarte
Es importante tener en cuenta algunas consideraciones antes de realizar esta operación de reducción de pecho, como el hecho de que puede dificultar la lactancia materna, aunque no imposibilitarla, pues existen técnicas quirúrgicas para sortear este problema.
Además, la pérdida de peso también puede modificar la forma y tamaño de las mamas, por lo que también es recomendable posponer esta operación si estás pensando en llevar a cabo un proceso importante de pérdida de peso o quieres tratar antes un problema de obesidad.
¿En qué consiste la operación de reducción de pecho?
Generalmente, las operaciones de reducción de pecho suelen seguir el mismo esquema y procedimiento. El método consiste en realizar tres incisiones alrededor de la aureola para extraer grasa, piel y tejido mamario con el fin de reducir el tamaño de las mamas.
Por otro lado, el pezón y la aureola se colocan en una posición más alta, haciendo la aureola más pequeña para lograr una mejora a nivel estético. Tras ello, se sutura para terminar el procedimiento. En algunos casos, se puede combinar este procedimiento con una liposucción para terminar de dar una forma más estética a la mama y a la zona de la axila.
La duración de todo el procedimiento puede oscilar entre las 2 y las 5 horas en función de las características de la paciente y se lleva a cabo bajo anestesia general. Como recomendaciones generales, tanto antes como después de la cirugía, está el no fumar. En este sentido, las investigaciones muestran que el tabaquismo puede provocar daño tisular y afectar a la recuperación tras las operaciones estéticas, por lo que este es un hábito que deberás abandonar durante el proceso.
Respecto a las cicatrices del procedimiento, estas tenderán a desaparecer con el tiempo, siendo menos visibles a medida que avanza el proceso de recuperación. Por otro lado, los resultados en cuestión de salud física serán prácticamente inmediatos y se mantendrán en el tiempo. Sin embargo, cabe señalar que procesos como el envejecimiento, los embarazos u otros factores podrán modificar la forma y tamaño de las mamas tras la intervención.
El postoperatorio, conoce el proceso de recuperación
En todo proceso quirúrgico, uno de los momentos más temidos debido a las molestias que se derivan de él es el postoperatorio. No obstante, algunos procesos postoperatorios son más sencillos que otros, y este es el caso del postoperatorio de reducción de pecho. Por regla general, las molestias y la hinchazón pueden llegar a extenderse alrededor de las dos semanas, sin llegar a ser incapacitantes en ningún momento. Así mismo, es posible experimentar sensaciones de ardor en la zona del pezón, así como una ligera pérdida de sensibilidad en esta zona.
Estos síntomas son transitorios y no son preocupantes, pudiendo ser controlados mediante antiinflamatorios y con analgésicos como el paracetamol. Por otro lado, entre las situaciones esperables tras la operación de reducción de pecho también encontramos la supuración de líquido en las incisiones y un hinchamiento de las mamas que puede ocasionar algo de dolor durante el primer periodo menstrual tras la operación. Aunque, de nuevo, todo ello es esperable y no entraña ningún riesgo.
Por otro lado, como recomendaciones para facilitar la cicatrización y para tener una recuperación más ágil, se aconseja no practicar deporte o actividades físicas intensas durante las primeras semanas. Además, es importante señalar que el resultado final de la intervención no será plenamente apreciable hasta unos meses después de la intervención.
Por último, será imprescindible acudir a las revisiones para comprobar que el resultado de la intervención es el esperado y para controlar la cicatrización, así como la ausencia de cualquier problema derivado de la intervención.